Querría llamar la atención acerca de una exposición de fotos que se exponen en la sede de Casa Sefarad en Madrid (Palacio de Cañete, C/ Mayor, 69). Se trata de la exposición: Y sigo viendo sus rostros. Fotografías de judíos polacos. En ella vemos grandes fotos de una sociedad rica en tradiciones con gentes humildes y gentes acomodadas. Niños que jugaban, reían, padres y madres que tomaban el sol, coros, grupos juveniles, mendigos, rabinos.
Esas fotos nos miran y nos interrogan y nos hablan de una sociedad que desapareció. La mayoría de esas personas fueron exterminadas en el Holocausto, ya fuera en los campos de la muerte, en las fosas dónde fueron asesinados a balazos por los nazis o en los guetos dónde aquella muerte llegaba a través del frío, el hambre, las enfermedades, el aislamiento o la desesperanza.
Me impresionaron sobre todos dos fotos. En una de ellas Regina Taube posa rodeada de sus seis hijos en su pueblo (shtetl). Los niños están descalzos, visten sus ropas humildes…¿estos eran los enemigos del III Reich? Fueron todos asesinados a balazos. ¿Qué peligro podían suponer esos niños para la nación alemana? ¿Qué peligro podían suponer los mendigos que se ven en las fotos? ¿Eran éstos judíos los dueños del mundo que con su codicia acaparaban todos los bienes?
Regina Taube con sus hijos |
En aldeas como en las que vivía Regina Taube no quedó nadie, todos los judíos fueron asesinados a balazos o llevados a los campos.
Otra foto me impresionó. Era un fragmento chiquitito, sólo se veía a una mujer. La foto estaba arrugada y deteriorada. Esa foto era todo lo que tenía Zahava Bromberg, la hija de la mujer de la imagen. Sólo le quedaba de su vida anterior la foto de su madre. Los nazis se lo habían quitado todo. Día tras día en Auschwitz, escapando de la muerte y de los experimentos de Mengele, escondía la foto en la boca, en el calzado de madera, y cuando podía seguro que la contemplaba: era su madre, era su foto y su recuerdo, no tenía otra cosa.
Deborah Goldstein Rosen |
Todos los que nos miran desde las fotos nos dicen: tenemos nombre, tuvimos una vida, tuvimos un antes y no nos dejaron tener un después. Miranos, acuerdate, diselo a los otros y luchad porque lo que nos hicieron no se lo hagan nunca a nadie. Rebelaos.
No suelo hacer lo que voy a hacer ahora, invitar a alguien a que venga a mi blog. Creo que es de mal gusto y arrogante. Sin embargo, descubrí tu blog hace poco más de una semana mientras buscaba información para mi última entrada, en conmemoración a este día. Luego ingresé el link en la misma. Creo que el trabajo que haces es magnífico. Por si te apetece: http://maialoschblank.wordpress.com/
ResponderEliminarY gracias, de todo corazón.
Gracias a tí por usar este humilde blog.
ResponderEliminarSi no lo hacemos nosotros ¿quién lo hará?
Enhorabuena por este blog magnífico. No he podido visitar la exposición, pero espero poder hacerlo próximamente. Tengo el mismo sentimiento de desolación ante ese mundo tan rico definitivamente desaparecido, el retratado en las fotografías de Roman Vishniac y descrito en los libros de Isaac Bashevis Singer.Parece increible que todo ese mundo haya existido intacto hasta hace sólo 70 años para luego evaporarse en 6 años. Una vez más enhorabuena.
ResponderEliminarMuchas gracias por tus frases de aliento. Espero en pocos días poner una entrada acerca de las resistencias judías. Se resistieron y son un ejemplo para nosotros. En momentos de crisis y de recorte de derechos y libertades tenemos que resistirnos y DECIR NO.
ResponderEliminarGracias nuevamente y un saludo.