En general los anatomistas a lo largo de la Historia, han utilizado cadáveres de enfermos fallecidos, de personas no reclamadas o de mendigos. No han tenido en muchas ocasiones la posibilidad de utulizar cadáveres de jóvenes.
El Profesor Herman Stieve, fisiologo y anatomista, investigaba la relación del estress con el ciclo ovárico, menstural y reproductivo de las mujeres. Sus observaciones procedían de un hecho empírico: las gallinas eran incapaces de poner huevos en corrales dónde hubiera habido alguna vez la presencia de un zorro o un gato. El pensó que a las mujeres les podría suceder lo mismo: el estress influiría en los ciclos femeninos. Para ello se utilizaron a presas de la cárcel de Plotzensee (Berlin).
Herman Stieve |
Tras la realización de una historia clínica minuciosa que incluía el conocimiento del ciclo menstrual y sus antecedentes médicos y ginecológicos, se les comunicaba que iban a ser ejecutadas. No podremos comprender lo que pasaba por la cabeza de aquellas mujeres y la influencia de dicha noticia, se les retiraba la regla y eran lógica presa de diferentes trastornos. Tras su ejecución Herman Stieve las autopsiaba y examinaba los orgános genitales con el fin de estudiar la influencia del estress en el tamaño y funcionamiento de dichos órganos.
Corte de un ovario de una mujer joven de 22 años de edad que no ha menstruado desde hace 157 días a causa de una "agitación nerviosa" |
Ello le permitió a Herman Stieve disponer de una gran casuística y ser reconocido como el padre de dichas observaciones luego corroboradas hasta la saciedad. Pero ¿que sabemos de Herman Stieve? No era un nazi convencido pero dispuso de 179 mujeres a su total albedrío. El se aprovechó de la situación, colaboró con un regimen criminal, no le importó el origen de los cuerpos de las victimas, no puso limites a la investigación.
Las victimas de los experimentos de Stieve eran mujeres jovenes, pertenecientes a la resistencia alemana, a la conocida como Orquesta Roja, alguna de ellas, como Lianne Berkowitz, incluso embarazada (se le permitió dar a luz y luego fue ejecutada y utilizada como material de experimentación).
Otras como Libertas Schultze Boyssen nos han dejado documentos desgarradores. Libertas pide a su madre en su última carta que sus "restos, a ser posible completos" reposen en un lugar soleado y en un paisaje bonito.
En el obituario de Herman Stieve se dijo:
“Para Stieve, el
tiempo que le tocó vivir le
dio la oportunidad de investigar aspectos relacionados con las glándulas
sexuales masculinas y femeninas. Ya
en 1918 describió experimentos realizados en 1913 sobre gallinas que llevadas a
un laboratorio dejaron de poner huevos, posteriormente se acostumbraron a las
jaulas y volvieron a poner huevos. La explicación fue que en 1913 en la
cercanía de sus jaulas, aunque no visible, había un zorro y varios gatos. Su
presencia perceptible a través del olor,
parecía que amenazaba a las gallinas”.
Lo
que llama el redactor del obituario: “el tiempo que le tocó vivir” permitió a Stieve, estudiar
la influencia en la función ovárica de los aspectos psicológicos con mujeres
procedentes de Rabensbruck y Plotzensee. Dice:
“ En 1942 tuve la
oportunidad de examinar a una mujer que había tenido un sangrado no habitual.
Tenía 20 años. Tuvo su primera regla a los 15 años. Sus periodos eran regulares
desde entonces cada 28 dias y sin molestias. Tenia relaciones sexuales de forma
ocasional y no había evitado quedar embarazada.
Como resultado de una gran
excitación nerviosa, dejo de tener el período durante 92 días. Cuando tuvo
noticias que nuevamente la preocuparon creyó ó que iba a tener el período y se
produjo una hemorragia, pero no fue así, el período no llegó. Más tarde, en
1943, tuve la oportunidad de investigar muchos casos como éste… Tuve muchas
oportunidades de observar el efecto de situaciones muy estresantes sobre los
orgános sexuales femeninos”
Fuente. Aly G, Chroust P,
Pross C. Cleansing the Fatherland. Nazi Medicine and Racial Hygiene. The John
Hopkins Universitiy Press. 1994
Hoy en el Museo de la Resistencia Alemana se pueden contemplar las imagenes de las victinas y las listas con sus datos personales.
Posiblemente sea lo más cruel que he leído nunca. Me parece inconcebible que alguien , y además médico sea capaz de algo así
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