Si hace pocos dias el mundo contempló como un niño moría en una playa, hoy EL PAIS publica una noticia acerca de una serie de dibujos que ha realizado otro niño que huía de Siria.
Europa se conmociona por este dibujo, pero olvida su pasado más reciente, y los niños asisten como mudos testigos de la tragedia.
Cuando se visita Auschwitz hay que entrar en el pabellón más moderno, es el dedicado a la Shoah, que es el nombre que dan los judíos al Holocausto. Tras entrar se ven una serie de videos sobre como era la vida habitual y normal de los judios: niños jugando, familias en sus quehaceres, la vida en una palabra. Posteriormente hay imagenes sobre el ascenso de Hitler al poder.
La exposición continúa con testimonios de sobrevivientes y con imagenes de victimas para pasar posteriormente a unas salas en las que no hay nada, salvo en las paredes dibujos de niños sobre Auschwitz, la guerra y el acoso a que eran sometidos los judios: traslado, deportación, trenes de la muerte.
Cuanto recuerdan al dibujo del niño sirio.
Por último se entra en una sala que sólo tiene folios con los nombres de los millones de judíos victimas de la intolerancia, el racismo y el antisemitismo. Es la presencia de la ausencia.
Pero no nos quedemos ahi. Los niños en la Guerra de España también nos dejaron imágenes de la tragedia que los tocó vivir.
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