"60.000 Marcos es lo que nos cuesta este discapacitado a lo largo de su vida. Este dinero es tambien vuestro”.



Este blog quiere ser un medio de información y sensibilización para todos los profesionales de la salud y cualquier persona interesada en los desmanes realizados por médicos y otros profesionales durante la era nazi.




domingo, 7 de noviembre de 2010

La Salud Pública en la Alemania Nazi

Pan integral con el sello de aprobación de la
Oficina de Salud Pública del Partido nazi.
En la Alemania nazi había una verdadera obsesión por la salud. Por parte de la ideologia nacionalsocialista se pensaba que había muchos seres microscópicos o agentes tóxicos que podían llegar a corromper la raza alemana. En el mismo saco de "agentes tóxicos" se incluía alcohol, tabaco, radiaciones, judíos, capitalistas, bolcheviques, enfermos y discapacitados, el mercurio de los empastes dentales, el pan sin fibra, el cáncer, el asbesto... Es lo que Robert N. Proctor, profesor de Historia de la Ciencia de la Universidad de Princeton, EE.UU, ha venido a llamar la "paranoia homeopática". Llevados de ese furor sanitario, se tomaron las siguientes medidas:

o Evitar el consumo innecesario y superfluo de medicamentos, y la sobreexposición a rayos X, a uranio y a asbesto.
o Evitar la contaminación de alimentos con residuos petroquímicos.

o Evitar el posible efecto del mercurio presente en las amalgamas dentales.

o Prohibición de fumar y de consumir alcohol para mujeres en edad fértil y para jovenes menores de edad. Prohibición de fumar en ambientes cerrados, en locales del partido nazi, a militares de permiso, en aviones, trenes, o autobuses.

o Prohibir el consumo de grasas nocivas y recomendar el consumo de dieta rica en fibra.

o Recomendar dieta sana para mujeres embarazadas.

o Existencia de registros sanitarios  sobre el estado de salud de los trabajadores, sus riesgos profesionales, y su capacidad de trabajo, así como los antecedentes patológicos de sus progenitores y antepasados.

o Favorecer el deporte en las empresas y el ejercicio al aire libre. Favorecer el cultivo de plantas medicinales.


Recomendaciones sobre autoexploración mamaria y registro de ciclos menstruales.
Los signos del cáncer: útero y mama.
Había que evitar el cáncer  y ciertas enfermedades por varias razones: económicas (no gastar dinero en tratamientos y no perder trabajadores), y raciales (impedir la degeneración de la raza).
¿Que se podría pensar de un país que en los años 30 del siglo XX tomaba medidas como sugerir el consumo de fibra, que las mujeres se sometieran a reconocimientos ginecológicos, que se autoexploraran las mamas o que llevaran un registro de sus ciclos menstruales, para detectar precozmente los cánceres? O que toda la población se hiciera radiografías de toráx con el fin de diagnosticar precozmente cáncer de pulmón o tuberculosis. Evidentemente parecen medidas acertadas. El problema radica en que esas medidas no iban dirigidas hacia toda la población sino únicamente a la mejora de unos pocos (los arios, los otros eran vidas que no merecían la pena ser vividas).

Madres: evitad el alcohol y el tabaco
si estáis embarazadas o criando a vuestros hijos.
Bebed sidra.

Las buenas intenciones y la buena ciencia también pueden prosperar en un ambiente totalitario. No son admisibles medidas sanitarias tan acertadas para el beneficio unicamente de unos pocos.

Lo cierto es que la ciencia se aprovechó de la política y viceversa.

Del movimiento antitabaco y los grandes avances a que se llegaron en el estudio de las relaciones entre tabaco y enfermedad en el nazismo hablaremos otro día.

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