"60.000 Marcos es lo que nos cuesta este discapacitado a lo largo de su vida. Este dinero es tambien vuestro”.



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jueves, 16 de enero de 2014

La obediencia a la autoridad.

En el pasado año 2013 se cumplió el 50º aniversario de la publicación de uno de los libros más importantes del siglo XX. Me refiero a la obra de Stanley Milgram que recogió sus experimentos sobre la obediencia a la autoridad.

Milgram, Profesor de Psicología de la Universidad de Yale, se preguntó como fue posible que personas de un pueblo tan civilizado y culto como el alemán fuera subyugado por el nazismo y colaborara en sus crímenes. En 1961 se había celebrado en Jerusalén, el juicio contra Adolf Eichman, uno de los arquitectos de la Solución Final. Muchos pensaban ver en Eichman un ser perverso y se encontraron con un vulgar y gris funcionario que decía que "cumplía órdenes".


El experimento de Milgran comenzó tras reclutar mediante anuncios de prensa a un grupo de personas. Se les llevó a un laboratorio y se les dijo que iban a evaluar las respuestas de otra persona a una prueba de memoria. Cada fallo de la otra persona llevaría aparejada una descarga eléctrica de intensidad creciente. Las últimas descargas posibles podían llegar a ser incluso letales.

Lo que sucedía realmente era que el verdaderamente "examinado" era el téorico examinador. Nadie tenía unos cables conectados y nadie recibía descargas. Según el examinado fallaba el examinador administraba una descarga eléctrica ficticia. Ante la duda y los gritos fingidos del examinado, el "Profesor" le decía al falso examinador que no se preocupara: "adminístrele la descarga eléctrica, yo asumo la responsabilidad".

Más del 60% de los "examinadores" llegaron a administrar descargas eléctricas prácticamente letales a pesar de los gritos de terror y dolor de los "examinados".


Hoy éste experimento sería dificilmente repetible ya que el mismo tenía un componente real de engaño. Al igual que con los crímenes del nazismo, estas personas y los criminales nazis no eran monstruos, lo monstruoso es pensar que eran personas normales.

No se puede decir que nunca más vaya a suceder. Hace pocos años se rodó un documental titulado "El juego de la muerte" que reproducía la estructura del experimento de Milgram: acertar unos objetos, una persona que administra las descargas, otra que teóricamente las recibe, llegando a sufrir descargar eléctricas muy importantes. La diferencia es que se trata del formato de un reallity show dónde el público anima al concursante a dar las descargas eléctricas.. A diferencia del experimento de Milgram, se añade la presión del grupo (en éste caso, del público). ¿Que hubiera sido del nazismo con el poder que tienen los medios de comunicación?


Por último, ¿cuál fue el porcentaje de examinadores que no se negó a proseguir y llegó a dar descargas eléctricas letales? Respuesta, el 60%, casi la misma cifra que en el experimento Milgram. ¿Será la naturaleza humana? ¿Será que ante la misma situación las personas se comportan igual?

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