Marcelino como otros 500000 españoles cruzó la frontera huyendo de las tropas de Franco. A su llegada compartió como otros un triste destino en diferentes campos, como el de Gurs.
Tanto en Gurs como en el resto de campos franceses (Argeles, Barcarés, Bram, Agde, Les Milles) , el hambre, el frío, y la enfermedad fueron compañeros de los republicanos españoles a los que Francia acogió rodeandoles de alambre de espino.
Marcelino Bilbao |
Luego unos fueron reclutados para las Compañias de Trabajadores, otros para los asi llamados Batallones de Marcha y otros se enrolaron en la Legión Extranjera. Tras su captura y la rendición francesa en 1940 algunos fueron llevados a los Stalag como prisioneros de guerra.
El Gobierno de Franco no los reconoció como "españoles" y de esta forma fueron entregados a los alemanes. Fueron tratados como apátridas a pesar de llevar en los campos el infame triángulo de prisionero, rotulado con la "S" de Spanien, triste paradoja.
Marcelino Bilbao fue llevado a Mauthausen como otros 7000 españoles. De ellos, 5000 perdieron la vida por hambre, enfermedad, frío, castigos, torturas y trabajo extenuante. Cada escalón de la cantera de Mauthausen está teñido de sangre española.
Cantera de Mauthausen |
Cantera de Mauthausen actualmente |
Marcelino Bilbao |
Este es relato de Marcelino:
"Yo había regresado a la cantera y
formaba parte de un grupo de treinta rusos y españoles a quienes, durante seis
semanas consecutivas, cada sábado, se hacía una toma de sangre. Al cabo de esas
seis semanas, se nos llevó a la enfermería instalada en el barracón 5, para
ponernos inyecciones en la zona cardíaca, inyecciones que producían una
inflamación que se extendía paulatinamente como un trazo de lápiz azul, hasta
el hombro. Cada tarde, debíamos presentarnos en la enfermería y el médico SS
hundía los dedos en la región dolorosa. Los primeros días, estaba uno como
paralizado de la cabeza a los hombros, y esa sensación no desapareció hasta al
cabo de unos quince días. Los que ya no tenían ni fuerzas para personarse en la
enfermería, eran llevados al barracón 20 donde estaban apiñados otros enfermos.
Mientras tanto, llegó un fuerte contingente de prisioneros procedentes de
diferentes países y, para hacer sitio, los SS procedieron a la eliminación de
todos los enfermos, inyectándoles gasolina; así fue como algunos españoles que
pertenecían a ese grupo fueron asesinados.
Durante una semana, me sentía tan
débil que casi tenfa que andar a gatas, luego la inflamación fue cediendo y
quince días más tarde, con ocasión de una nueva visita a la enfermería, el
médico SS nos preguntó si todavía nos dolía; al contestarle que no, nos dio un
par de bofetadas y nos echó de allí. Así finalizaba una nueva aventura, pero de
los treinta hombres que habían sido sometidos a ese experimento, no quedamos
más que siete. Tal hecho aconteció en abril de 1942.
Unos meses más tarde, un grupo que
trabajaba en la cantera y del que formaban parte algunos españoles fue llevado
al barracón 16, del que estaba prohibido salir, a no ser para integrarse al
trabajo de su kommando. La
ración cotidiana consistía en tres litros de una papilla de cebada, con
exclusión de cualquier otro alimento. Cada sábado, eran examinados y pesados;
al cabo de tres semanas de ese régimen, estaban hinchados y habían perdido sus
fuerzas.
… El barracón 20, una vez más
convertido en vertedero de enfermos, tuvo nuevamente que ser limpiado de
ocupantes, pues faltaba sitio para alojar un nuevo convoy de deportados. El
médico SS se presentó, hizo que se quitasen la camisa los que ahí se
encontraban y trazó sobre sus torsos con un lápiz tinta las letras TBS (tuberculosis).
Al día siguiente por la mañana, con una temperatura de 201 bajo cero, todo el
mundo salió desnudo para dirigirse al barracón 5 donde se hallaba instalada la
enfermería. Entraban en ésta, uno por uno. El médico SS y dos enfermeros les
ponian una inyección en el brazo izquierdo: era una inyección de gasolina que
ocasionaba la muerte al cabo de unos segundos. En un tiempo récord, el barracón
20 quedó listo para recibir a la nueva hornada de presos".
Fuente:Triángulo
Azul. Los republicanos españoles en Mauthausen.En el video Marcelino nos cuenta los experimentos (a partir del minuto 28).
Marcelino Bilbao ya descansa en paz y a nosotros nos corresponde mantener viva la memoria de todas las víctimas del Holocausto.
Un recuerdo para Marcelino Bilbao y para todos los españoles que pasaron por ese infierno.Mi abuelo Jose Puy también sufrió ese horror
ResponderEliminar