Un genetista chino dice haber creado a una pareja de niñas con una modificación genética que les evitaría la infección por el virus del sida.
Hasta ahí parecería un gran hallazgo científico y con un fin benéfico, pero este genetista ha abierto una verdadera caja de Pandora de consecuencias imprevisibles.
Sí lo ha hecho, aspecto todavía por comprobar fehacientemente ya que además no ha sido presentado públicamente ni publicado, contravendría gran parte de la legislación internacional que prohibe esta práctica.
Por otro lado las modificaciones genéticas realizadas podrían favorecer en un futuro la aparición de diferentes tumores en las niñas que han sido manipuladas genéticamente.
Se plantea nuevamente un dilema ético: todo lo técnicamente posible ¿es éticamente admisible y permisible? ¿Cuáles son los beneficios de todo tipo incluidos los económicos para ese genetista?
En palabras del biólogo español Lluis Montoliu se ha actuado contra la Naturaleza creando en cierto modo una nueva especie humana. ¿Dónde está el límite? ¿es el comienzo de la selección y de crear personas con características deseables y evitar el nacimiento de otras? ¿que es lo deseable? ¿quien lo decidirá? ¿acaso quien pueda pagarlo tendrá "hijos a la carta"?
La Eugenesia que nació como una corriente seudocientifica en el siglo XIX buscaba precisamente eso: "mejorar la raza humana favoreciendo el nacimiento y desarrollo de unos, las razas superiores, y la desaparición de otros, las llamadas razas inferiores". Esta corriente alcanzó su máximo desarrollo en la Alemania nazi con la esterilización de 400000 alemanes y austríacos nacidos con algún tipo de discapacidad y el asesinato de aproximadamente otras 300000 personas con enfermedades psiquiátricas y todo tipo de minusvalías que eran considerados por los médicos nazis como "vidas sin valor".
El Dr. Otmar Von Verschuer, mentor del Dr. Mengele, examinando gemelos según las características deseables para la raza aria |
Sin duda, es un tema bastante intrincado, más cuando se debate entre colegas. Por ello, lo platicaba con mi compañero el Dr. Javier Molina
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