"60.000 Marcos es lo que nos cuesta este discapacitado a lo largo de su vida. Este dinero es tambien vuestro”.



Este blog quiere ser un medio de información y sensibilización para todos los profesionales de la salud y cualquier persona interesada en los desmanes realizados por médicos y otros profesionales durante la era nazi.




domingo, 4 de octubre de 2015

Salaspils, el campo de la sangre

Visitar un campo de concentración o exterminio nunca es algo fácil.

A veces uno conoce lo que cree que va a ver, pero luego nada es como suponiamos.

El campo de Salaspils en Letonia es un ejemplo de ello. Está situado a 18 km de Riga, la capital letona. En un principio era un campo para alojar a los judios letones y serviria como acuartelamiento de uno de los escuadrones de la muerte conocidos como Einsatzgruppen. Judíos alemanes fueron obligados a construir el campo.


Entrada al campo de Salaspils

Posteriormente y tras deshacerse de los judios el campo albergó a prisioneros politicos. En torno a 12000 personas fueron confinadas en ese campo.

Las sucesivas acciones de guerra, o de resistencia en la frontera soviético-letona en 1943 provocaron la existencia de en torno a 12000 niños huerfanos. Estos niños fueron llevados a Salaspils. Los más mayores fueron utilizados como mano de obra esclava y los más jovenes fueron utilizados como donantes de sangre involuntarios. Se les extraía sangre hasta la muerte para asi engrosar las reservas de hemoderivados del ejército alemán.

En el libro de Christian Bernadac, Los médicos de lo imposible se cita el siguiente testimonio extraído de las investigaciones llevadas a cabo por la Unión Soviética tras la liberación del campo:
"En el campo de concentración de Salaspils organizaron los bárbaros fascistas alemanes un centro de extracción de sangre de los niños. La sangre tomada de estos niños estaba destinada a los hospitales militares de los alemanes. Hasta los niños de pecho suministraban 150 o 200 gramos de sangre en una sola vez. Varios de estos niños de pecho no sobrevivian a la extracciòn de sangre. Los niños de corta edad suministraban sangre varias veces: cinco y mas aún, con siete dias de intervalo. La aplastante mayoría de los niños fue sometida a estos procedimientos. Tomando como base de cálculo los datos establecidos por el dictamen medico-legal, segun el cual cada niño proporcionaba por término medio quinientos gramos de sangre, hay que considerar como probado que los alemanes extrajeron a los niños rusos tres mil quinientos litros de sangre, por lo menos..."

Nuevamente se usan los conocimientos médicos para hacer el mal y para aprovecharse de otros seres humanos.

El memorial de Salaspils se ubica en un bosque gigantesco como todos los de Europa del Este. No se oye nada. Hay varios monumentos. El silencio solo queda interrumpido al acercarse a uno de los monumentos. De las entrañas de la tierra surge un sonido: los latidos ininterrumpidos de un corazón, que nos recuerda las vidas que se perdieron.


Otro monumento recuerda a los miles de niños asesinados extrayendoles la sangre. Hoy los visitantes depositan muñecos de peluche que tratan de alguna forma de recordar tanto sufrimiento.



Fuera grandes monumentos de estética soviética, y sobre todo el silencio.



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